En los 30, muchas marcas empezaron a producir motocicletas con fines exclusivamente bélicos y modificaron muchos de sus modelos para adaptarlos al frente.
Ya en la Primera Guerra Mundial (1914) quedó manifiesta la practicidad del uso de motocicletas con fines bélicos.
En la Segunda Guerra Mundial (1945) la motocicleta se consolidó como el vehículo ideal para muchas misiones bélicas, y quedó manifiesta la conveniencia de estas como vehículo militar.
Muchas marcas en colaboración con los departamentos de guerra de las potencias en conflicto, fabricaron modelos para uso militar.
La contienda española, en 1936 se situaba entre las dos guerras, por lo que fue un buen campo de pruebas para la motocicleta militar (al igual que ocurriría con otros muchos aspectos bélicos).
Por tanto, nacionales como republicanos utilizaron motos en la guerra Civil Española.
Anbos bandos compraron, o requisaron motocicletas privas, las cuales tras ser modificadas se incorporaron a los parques móviles del ejército.
En la época, resultaba más rentable importar motocicletas que fabricarlas, por lo que, antes de 1936, la gran mayoría de las motocicletas que circulaban por las carreteras españolas eran de importación (Harley-Davidson, Indian, BSA, Rudge, Norton, Triumph, , Royal Enfield, Saroléa, Velocette, Automoto, entre otras).
Por tanto, nacionales como republicanos utilizaron motos en la guerra Civil Española.
En la época, resultaba más rentable importar motocicletas que fabricarlas, por lo que, antes de 1936, la gran mayoría de las motocicletas que circulaban por las carreteras españolas eran de importación (Harley-Davidson, Indian, BSA, Rudge, Norton, Triumph, , Royal Enfield, Saroléa, Velocette, Automoto, entre otras).
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